A 50 años del proceso de Burgos:
El 3 de diciembre de 1970 comenzó en Burgos -capital y cuartel general que fue de aquel alzamiento fascista- la vista de un Consejo de Guerra seguido contra 16 revolucionari@s vasc@s. Cincuenta años se cumplen desde que toda Europa y buena parte del mundo clavara sus ojos en aquellos jóvenes militantes de E.T.A. y en las instituciones franquistas que los estaban juzgando. Este libro, escrito nada más acabar el juicio, da buena cuenta de ellos.

¿Qué es, qué ha sido el proceso de Burgos? Al finalizar el mismo y para contestar a esta pregunta escribieron los abogados defensores Miguel Castells y Paco Letamendia Ortzi, bajo seudónimo, este libro, que pasó de mano en mano, clandestinamente, durante años. Ahora lo reeditamos con notas, prólogo de los propios autores y firmado con sus nombres y apellidos, para conocer, con ellos, la naturaleza de un régimen, el franquista, que engendró estos Consejos de Guerra y que aún perdura. Su análisis revelará aspectos fundamentales de la mecánica general no solo de este, sino de cualquier juicio político, y nos mostrará las claves de uno de los puntos clave del debilitamiento del aparato franquista y del auge del movimiento popular, socialista e independentista en nuestro país. Protagonistas secundarios de un momento histórico, Castells y Letamendia nos ofrecen de primera mano el proceso de Burgos en toda su complejidad. Porque, como se nos recuerda en el prólogo, en Burgos se juzgó a Euskadi y “sobre Euskadi hablarán, llegado el momento, los 16 patriotas vascos y, cuando se quiera hacer callar sus voces, el silencio hablará más fuerte de los derechos de un pueblo tenaz y valiente”.
Del contenido y el título.
“El juicio se rompe cuando el procesado asume abiertamente el orden que el tribunal trata de juzgar. Queda entonces el orden revolucionario frente al orden contrarrevolucionario y ya no puede haber la menor apariencia de proceso judicial. El procesado defiende al pueblo ante la Corte de guerra y el pueblo se solidariza y da su testimonio en la calle, en las fábricas. El régimen se bate en retirada y se ve obligado a sacar los procesos de Bilbao y de San Sebastián. Se refugia en Burgos, antiguo cuartel general, la capital del Alzamiento. En adelante, los Consejos de Guerra se celebrarán allí, entre cuarteles, a la sombra del Cid, el peso de la catedral, el frío, la historia. Burgos Caput Castellao. No se puede ya en tierras de Euskadi juzgar a los vascos”.
Ruedo Ibérico y la clandestinidad.
“Los libros de la editorial Ruedo Ibérico, creada por un grupo de exiliados españoles en París siete años antes, y cuyos títulos, hasta su desaparición en 1982, nos
ayudaron a enrojecernos del todo. Cuando comprábamos sus libros en París o en Iparralde y los pasábamos de tapadillo por la muga, no imaginábamos que alguna vez íbamos a ser, de algún modo, continuadores del sello”, nos recordaba Jose Mari Esparza en sus memorias, en el libro Apología. Este sobre el Proceso de Burgos es uno de esos títulos clandestinos que vieron la luz ocultando la identidad de sus autores, en este caso bajo el nombre de Kepa Salaberri.
Ruedo Ibérico las facilidades para reeditar esta obra y el impagable trabajo cultural y antifranquista de todos estos años. Y también para, poniendo nombre y apellido a sus autores, reconocer la tenacidad de generaciones de abogados y abogadas vascas que se han dejado la piel y a veces la vida defendiendo a ciudadanos y ciudadanas vascas.
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